El bitcoin y la corrupción

Continuamos con nuestra serie de artículos sobre la importancia del bitcoin en el tema de la corrupción. En esta ocasión, vamos a comentar qué posibilidades conlleva el bitcoin para usos ilícitos y cuáles han sido hasta ahora los más explotados.

El anonimato atrae dinero de origen ilícito

Como explicamos en nuestro artículo anterior, el bitcoin permite realizar transacciones de dinero anónimas. No cabe duda de que esto es algo muy conveniente cuando se tiene o se quiere recibir un dinero de procedencia ilegal.

Sin embargo, no queda tan claro que el dinero representado en bitcoins no pueda ser trazado. Lo cierto es que las transacciones hechas en moneda bitcoin quedan almacenadas y si bien no se pueden vincular a una identidad en particular, sí que se vinculan a una cartera electrónica. Si el uso de bitcoins estuviese enormemente generalizado, el supuesto anonimato se podría conseguir añadiendo varias capas de transacciones que hicieran más difícil seguir el movimiento del dinero. Pero pocos lugares admiten el pago con bitcoins lo que significa que el propietario de este dinero, en algún momento, necesitará cambiarlo por la moneda de su país. No podemos aún ir de compras a un supermercado o bodega con bitcoins.

El intercambio de monedas se hace a través de plataformas de intercambio y en ellas, sí es necesario identificarse. De hecho, cuando autoridades de gobierno han detectado plataformas que no requieren identificaciones éstas han sido sancionadas por violar regulaciones internacionales contra el lavado de activos. El caso más famoso fue la detención de Charlie Shrem en el año 2014.

Desde luego, cuando se tiene mucho dinero -como es el caso de mercados ilegales como el de las drogas- se puede obtener liquidez para establecer su propia plataforma de intercambio de bitcoins por monedas legales. Sin embargo, el público en general difícilmente confiará en una plataforma no regulada y los gobiernos podrían prohibir las transferencias desde y hacia tal clase de plataforma.

El uso del bitcoin y otras criptomonedas en actividades ilícitas

Transacciones ilícitas

El tráfico de drogas, prostitución y otros mercados negros se han aprovechado de la falta de control gubernamental respecto del bitcoin para realizar transacciones ilegales en esta moneda.

Evasión de impuestos

El bitcoin no es un dinero reconocido por los gobiernos, así que lo que se gana o cobra en esta moneda no se puede gravar.

Phishing, ransomware y otros malware

Todo tipo de estafa digital hoy en día solicita que se le page en bitcoins. Una transacción irreversible y difícil de monitorizar resulta perfecta para delincuentes cibernéticos. Entre los ilícitos más habituales se encuentran las extorsiones en las que se secuestra información y se amenaza con difundirla si no se hace un pago.

¿Habrá regulación?

Es más que probable que así sea. La Unión Europea ya ha manifestado su interés en regular las criptomonedas y lo mismo ha ocurrido en diferentes marcos temporales en Estados Unidos, China, Singapur y Australia.

Si bien los gobiernos no pueden controlar la tecnología blockchain, sí pueden regular a las empresas que ofrecen el servicio de intercambio entre el bitcoin y las monedas oficiales. Ello significa que o el bitcoin consigue una improbable supremacía y uso generalizado por parte de la población, o los gobiernos tendrán la sartén por el mango. Para que algo así ocurra, los estados deberían primero permitir el uso generalizado de bitcoin. Por ejemplo, en el caso de la UE, hoy se debate si se debe regular el bitcoin hasta el punto de que los ciudadanos tengan la obligación de vincular sus carteras electrónicas a su identidad.

Lee otro articulo relacionado con esta serie aqui. 

Related Posts